Según el portal informativo del Viceministerio de Desarrollo de las Culturas, una entrada de la fiesta de Jesús del Gran Poder fue el escenario de la primera presentación pública de la danza de los Caporales. Sin embargo existen antecedentes de otras presentaciones en Cochabamba, pero no se encuentran registrados.
Por ese entonces, el vestuario del Caporal era una combinación que tenía guaracheras cubanas, pantalón abombachado (estilo del gaucho argentino), botas con cascabeles, sombrero de paja y, en las manos, un chicote y una máscara de negro.
Años después, el traje fue modificado hasta llegar a un uniforme estándar que consolidó su uso en la mayoría de las fraternidades del país.
La música también sufrió modificaciones, ya que al principio, los Caporales bailaban al ritmo de una Tuntuna, música andina originada en la danza afroyungueña Tundiqui. Sin embargo, la variación de estos ritmos terminó con la composición de un huayño con ritmo de Saya.
Según el Viceministerio de Desarrollo de las Culturas la danza de los Caporales tiene varios estudios especializados: “Lo evidente es que la danza aproximó a la ciudad aimara-mestiza con el otro lado: la ciudad de la pequeña e incipiente burguesía. Las contradicciones no dejan de estar presentes. De origen netamente aimara-mestizo-urbano, los Caporales pasaron de Chivín (zona del Gran Poder) a asentarse en los barrios de clase media y las residenciales de la zona sur de La Paz”, añade el documento oficial.
Nada niega su importancia en el proceso de reconocimiento histórico y cultural ocurrido en la década de 1970 y que fortaleció la identidad de la urbanidad occidental del país.
Otras investigaciones identifican un simbolismo erótico y una superposición de géneros y poder.
Bolivia atravesó entre los años sesenta y setenta un período de gobiernos de facto que negaron libertad política al pueblo; el Caporal en tiempos de la colonia era quien decidía la suerte de los negros de la barraca, igual papel le ocupó jugar al militar boliviano durante las dictaduras; la agilidad de los varones, sus saltos acrobáticos, sus patadas al aire, sus gritos, podrían ser parte de un lenguaje machista. Mientras la mujer de los Caporales estaría descubriendo su cuerpo a la vista de una ciudad arropada no sólo por el frío andino, sino también por preconceptos.
En definitiva, Los Caporales es una expresión de la urbanidad occidental moderna de Bolivia.
En Cochabamba, Los Caporales de San Simón de la Universidad Mayor San Simón, gozan de un reconocido prestigio nacional, junto a las fraternidades de Anzaldo, Virgen de Perpetuo Socorro y Zambos Caporales.
Los Caporales nacieron del Tundiqui o Negritos, pero la danza fue evolucionando en las estructuras sociales urbanas, llegando a conformar una indumentaria y un compás moderno, conforme a la mixtura cultural de las nuevas generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario